Te voy a escribir lo que quiero decirte y nunca te diré.
Dueles. Pero dueles como nunca nadie antes había dolido. Y eso que ya ha pasado un mes. Pero sigues doliendo. Y eso es algo que NUNCA te diré. Lo he intentado todo para que dejes de doler, hasta he intentado odiarte, y siempre sin éxito. Es una sensación horrible. Y me siento culpable... y eso es más horrible todavía
Tengo miedo, pero muucho mucho miedo. No sé exactamente a qué le tengo miedo, pero tengo miedo.
Si me preguntases lo que más echo de menos no podría quedarme solo con una cosa, y es que lo echo todo de menos. Echo de menos la forma en la que te brillaban los ojos, echo de menos las sonrisas enormes y sinceras que me robabas... Hace un mes que no he vuelto a reír de la misma forma. No puedo evitar los ojitos lluviosos mientras te escribo, y la verdad es que me siento un tanto imbécil/ridícula.
Me alegro de que encontrases a quien sabe hacerte feliz, todo lo feliz que yo no supe, pero no seré hipócrita, y no te diré cosas que no siento.
De una forma o de otra quiero tenerte en mi vida, porque ante todo amigos, no?
Echo de menos el contártelo todo, el quedarme hasta las mil despierta, aunque al día siguiente tuviese que madrugar, porque era el único ratito del día que tenía para poder hablar contigo tranquilamente, te echo de menos, pero si me lo preguntas nunca lo reconoceré. Llámalo orgullo o llámalo como quieras.
Y hasta aquí llega lo que nunca te diré.
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